Este año desde Manuela Ramos queremos resaltar que las violencias sexuales contra las mujeres no importando su edad, condición social, etnia, orientación sexual, etc. tiene consecuencias desgarradoras para todas y la sociedad.

La violencia contra las mujeres constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre los hombres y las mujeres, es una violación generalizada de sus derechos humanos, y es uno de los principales obstáculos para lograr la igualdad de género y el desarrollo.

Una de estas expresiones, es la violencia sexual: violación por familiares, en el matrimonio, convivencia, citas amorosas, por parte de desconocidos; intentos de violación, tocamientos, esterilizaciones forzadas, hostigamiento sexual, acoso callejero, trata con fines de explotación sexual, prostitución, pornografía, entre otras. Todas estas no son más que expresiones del poder, dominio y control que se ejerce sobre los cuerpos y sexualidad de las mujeres.

En ese sentido, nuestro Estado tienen la obligación de crear y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra la mujer, y se brinde servicios de calidad. Tenemos grandes desafíos por hacer visible este tipo violencia, de develar y denunciar a los sujetos agresores, hacer merecedoras de la atención pública a esta problemática.

Asimismo es necesario comprometer más eficazmente a los hombres en la labor de prevenir y eliminar esa violencia, y hacer frente a las actitudes que perpetúan la violencia contras las mujeres. Todos y todas tenemos que trabajar porque las mujeres podamos efectivamente tener una vida libre de violencia, dejando de ser vistas como objetos de dominación o culpables por las agresiones sufridas.

Bajar Carpeta 25 de Noviembre